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6to domingo del dolor y gozo de San José

En este sexto domingo de oración y meditación del dolor y gozo de San José pidamos fortaleza para que nuestra oración sea constante.


6to domingo del dolor y gozo de San José

El dolor: a regresar a su Nazaret por el miedo a Arquelao.

El gozo: al regresar con Jesús de Egipto a Nazaret y la confianza establecida por el Ángel.


V. Dios mío, ven en mi auxilio

R. Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.


Oraciones preparatorias


Pedimos a nuestro Señor Jesucristo que purifique nuestra alma y nuestro corazón para iniciar con un espíritu renovado este momento de oración, rezamos el acto de contrición.


Acto de contrición. ¡Señor mío, Jesucristo! Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser quién eres, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberte ofendido; también me pesa porque puedes castigarme con las penas del infierno. Ayudado de tu divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.


Ofrecemos este momento de oración a San José por nuestras intenciones. Hoy ofrezcamos aquella enfermedad que nos martiriza, aquellos problemas familiares que nos angustian, o los problemas que podamos tener en nuestro trabajo.


Ofrecimiento. Glorioso Patriarca San José, eficaz consuelo de los afligidos y seguro refugio de los moribundos; dígnate aceptar el obsequio de esta oración que voy a iniciar en memoria de tus siete dolores y gozos. Y así como en tu feliz muerte, Jesucristo y su madre María te asistieron y consolaron tan amorosamente, así también Tú, asísteme en aquel trance, para que, no faltando yo a la fe, a la esperanza y a la caridad, me haga digno, por los méritos de la sangre de Nuestro Señor Jesucristo y tu patrocinio, de la consecución de la vida eterna, y por tanto de tu compañía en el Cielo, Amén.


Rezamos un Padre Nuestro y tres Ave María y Gloria.


Oraciones y lectura del sexto domingo


Hoy sexto domingo dedicado a San José meditaremos el sexto dolor y gozo.


Sexto dolor y gozo

El dolor: a regresar a su Nazaret por el miedo a Arquelao.

El gozo: al regresar con Jesús de Egipto a Nazaret y la confianza establecida por el Ángel.


Lectura bíblica

Escuchamos con atención la lectura del evangelio de San Mateo para el día de hoy.


Lectura del Santo evangelio según San Mateo 2,19-23

Cuando murió Herodes, el ángel del Señor se apareció de nuevo en sueños a José en Egipto y le dijo: «Levántate, coge al niño y a su madre y vuelve a la tierra de Israel, porque han muerto los que atentaban contra la vida del niño». Se levantó, tomó al niño y a su madre y volvió a la tierra de Israel. Pero al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea como sucesor de su padre Herodes tuvo miedo de ir allá. Y avisado en sueños se retiró a Galilea y se estableció en una ciudad llamada Nazaret. Así se cumplió lo dicho por medio de los profetas, que se llamaría nazareno. Palabra del Señor, Gloria a ti, Señor Jesús.


Meditación y reflexión.

Escuchemos con atención la meditación para el día de hoy.

Querida comunidad, hoy nos reunimos para meditar el sexto y penúltimo dolor y gozo de San José. En este día la lectura nos relata los sucesos que pasaron José, María y el niño Jesús luego de huir a Egipto. Recordemos que la semana pasada meditamos y reflexiones sobre la huida a Egipto y hoy la meditación va entorno al regreso a Israel. José luego de recibir por sueños el mensaje del ángel se encamina a Israel, pero en el caminar le llega la noticia de que en dichas tierras reinaba Arquelao. El corazón de José se llena de angustia y dolor por tan inoportuna noticia porque Arquelao, hijo de Herodes, podría matar al niño Jesús. Esta situación lo lleva a José a tomar otro camino para continuar con la misión que el mismo Altísimo le ha encomendado. El miedo y la desesperación de José es evidente, pero como en otras ocasiones, Dios no lo abandona por que lo ilumina en tomar la decisión de ir a Galilea y quedarse, con María y el niño Jesús, en un pueblo llamado Nazaret. Es en este lugar donde Jesús crecerá y aprenderá de la sabiduría de José y del oficio de carpintero.


Como vemos José toma otro camino encomendándose a Dios. Cuantas veces nosotros hemos trazado un camino a seguir, en el hogar, con la familia, con los amigos o en el trabajo. Proyectos, metas, logros para nuestra vida. Cuando todo ello cambia por diversas circunstancias nos frustramos, renegamos e incluso culpamos a Dios de lo que nos sucede. Un viaje que no sale, un negocio que no se da o incluso una enfermedad nos obliga a cambiar de camino. La vida consiste, en cierto sentido, en ir de camino. De camino hacia la casa del Padre, nuestra morada definitiva y no solo quedarnos en las cosas terrenales. Cada día es un paso que nos puede acercar al cielo. Pero no caminamos solos, vamos en compañía de otros, sobre todo de nuestra familia.


Así como San José cambio de camino sabiendo que Dios lo guiaba, nosotros también cuando por algún motivo debemos de cambiar de camino no debemos de temer por que Dios nos ilumina, quien esta bajo los ojos de Dios no debe de temer miedo, solo fortaleza, fe y esperanza.


Que así sea para la gloria y honra de Nuestro Señor. Amén.


Hacemos un momento de silencio y meditamos lo que acabamos de escuchar.

Nos ponemos de pie y rezamos un padre nuestro, 10 aves marías y una gloria.


Peticiones:

Elevamos nuestra plegaria a la intercesión de San José y le pedimos por cada una de nuestra intenciones y súplicas.

  • San José te pedimos por todas las personas que proyectan caminos en su vida, para que si es la voluntad y gozo de Dios, logren sus objetivos. Roguemos a San José, te lo pedimos San José.

  • San José te pedimos por aquellas personas que reniegan de Dios por no haberse cumplido sus proyectos, para que comprendan que el verdadero camino a seguir es alcanzar la gloria eterna. Roguemos a San José, te lo pedimos San José.

  • San José te pedimos por cada uno de nosotros, para que nos ilumines y guíes en el camino de la fe, esperanza y caridad. Roguemos a San José, te lo pedimos San José.

Rezamos las letanías a San José


Señor, ten misericordia de nosotros

Cristo, ten misericordia de nosotros.

Señor, ten misericordia de nosotros.


Cristo óyenos.

Cristo escúchanos.

Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.

Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.

Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.

Santa Trinidad, un solo Dios, ten misericordia de nosotros.


Santa María, ruega por nosotros.

San José, ruega por nosotros.

Ilustre descendiente de David, ruega por nosotros.

Luz de los Patriarcas, ruega por nosotros.

Esposo de la Madre de Dios, ruega por nosotros.

Casto guardián de la Virgen, ruega por nosotros.

Padre nutricio del Hijo de Dios, ruega por nosotros.

Celoso defensor de Cristo, ruega por nosotros.

Jefe de la Sagrada Familia, ruega por nosotros.

José, justísimo, ruega por nosotros.

José, castísimo, ruega por nosotros.

José, prudentísimo, ruega por nosotros.

José, valentísimo, ruega por nosotros.

José, fidelísimo, ruega por nosotros.

Espejo de paciencia, ruega por nosotros.

Amante de la pobreza, ruega por nosotros.

Modelo de trabajadores, ruega por nosotros.

Gloria de la vida doméstica, ruega por nosotros.

Custodio de Vírgenes, ruega por nosotros.

Sostén de las familias, ruega por nosotros.

Consuelo de los desgraciados, ruega por nosotros.

Esperanza de los enfermos, ruega por nosotros.

Patrón de los moribundos, ruega por nosotros.

Terror de los demonios, ruega por nosotros.

Protector de la Santa Iglesia, ruega por nosotros.


Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: escúchanos, Señor,

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: ten misericordia de nosotros.


V.- Le estableció señor de su casa.

R.- Y jefe de toda su hacienda.


Oraciones finales


Oración Final. Oh ángel de la tierra, glorioso San José, que pudiste admirar al Rey de los cielos, sometido a tus más mínimos mandatos; aunque la alegría al traerle de Egipto se turbó por temor a Arquelao, sin embargo, tranquilizado luego por el ángel, viviste dichoso en Nazaret con Jesús y María.


Por este dolor y este gozo, alcancemos la gracia de desterrar de nuestro corazón todo temor nocivo, poseer la paz de conciencia, vivir seguros con Jesús y María y morir también asistidos por ellos. Amén.

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R. Amén.


Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.

Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía.

Jesús, José y María, con vos descanse en paz el alma mía.


En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


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