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3er domingo del dolor y gozo de San José

En este tercer domingo de oración y meditación del dolor y gozo de San José pidamos estar unidos a nuestro Señor Jesucristo, verdadera salvación que Dios ha dado para toda la humanidad.


3er domingo del dolor y gozo de San José

El dolor:cuando la sangre del niño Salvador fue derramada en su circuncisión.

El gozo: dada con el nombre de Jesús.


V. Dios mío, ven en mi auxilio

R. Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.


Oraciones preparatorias


Pedimos a nuestro Señor Jesucristo que purifique nuestra alma y nuestro corazón para iniciar con un espíritu renovado este momento de oración, rezamos el acto de contrición.


Acto de contrición. ¡Señor mío, Jesucristo! Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser quién eres, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberte ofendido; también me pesa porque puedes castigarme con las penas del infierno. Ayudado de tu divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.


Ofrecemos este momento de oración a San José por nuestras intenciones. Hoy ofrezcamos aquella enfermedad que nos martiriza, aquellos problemas familiares que nos angustian, o los problemas que podamos tener en nuestro trabajo.


Ofrecimiento. Glorioso Patriarca San José, eficaz consuelo de los afligidos y seguro refugio de los moribundos; dígnate aceptar el obsequio de esta oración que voy a iniciar en memoria de tus siete dolores y gozos. Y así como en tu feliz muerte, Jesucristo y su madre María te asistieron y consolaron tan amorosamente, así también Tú, asísteme en aquel trance, para que, no faltando yo a la fe, a la esperanza y a la caridad, me haga digno, por los méritos de la sangre de Nuestro Señor Jesucristo y tu patrocinio, de la consecución de la vida eterna, y por tanto de tu compañía en el Cielo, Amén.


Rezamos un Padre Nuestro y tres Ave María y Gloria.


Oraciones y lectura del tercer domingo


Hoy tercer domingo dedicado a San José meditaremos el tercer dolor y gozo.


Tercer dolor y gozo

El dolor: cuando la sangre del niño Salvador fue derramada en su circuncisión.

El gozo: dada con el nombre de Jesús.


Lectura bíblica

Escuchamos con atención la lectura del evangelio de San Lucas para el día de hoy.


Lectura del Santo evangelio según san Lucas 2,21

Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción. Palabra del Señor, Gloria a ti, Señor Jesús. Palabra del Señor, Gloria a ti, Señor Jesús.


Meditación y reflexión.

Escuchemos con atención la meditación para el día de hoy.

Queridos hermanos y hermanas, hoy nos reunimos nuevamente para seguir avanzando en este camino de meditación y oración reflexionando en torno al tercer dolor y gozo de San José.


El dolor que hoy meditamos tiene que ver con aquel momento donde José y María presentan al niño en la sinagoga para realizar el acto de circuncisión. Recordemos que José y María eran judíos por lo tanto se regían bajo las normas y leyes antiguas. En Génesis 17 se menciona que Dios le ordena Abraham lo siguiente:


«Este es mi pacto, que guardarás entre tú y yo y tu descendencia después de ti: Todos los varones de entre vosotros serán circuncidados. Serás circuncidado en la carne de tus prepucios, y será una señal del pacto entre tú y yo… hombre no circuncidado que no esté circuncidado en la carne de su prepucio será separado de su pueblo; ha quebrantado mi pacto.»


Bajo esta orden el niño es circuncidado. Este acto consistía en cortar parte de la piel del prepucio y por lo tanto derramar gotas de sangre. Es este momento donde José siente un dolor al ver al niño llorar, pero además comprende que esa sangre derramada será el principio de todos los padecimientos, humillaciones y muerte que el niño sufrirá. Si nosotros cuando vemos llorar un niño nos ponemos alerta, y sentimos tristeza e impotencia si el niño llora de dolor. ¿Cómo se habrá sentido José? Aquellos que tienen en su hogar niños pequeños o familiares delicados de salud, viven angustiados, y esa angustia se convierte en desesperación cuando aquel enfermo se queja y llora. ¡Cuánto dolor en nuestro corazón! Lo mismo sintió José en ese momento.


Al finalizar el rito de circuncisión se le pregunta a José y a María cual sería el nombre del niño, a lo cual José responde. “Su nombre será Jesús”. Es en este momento donde José se llena de gozo y alegría. Aquel dolor se convierte en esperanza en la salvación de Dios. Recordemos que el nombre del niño fue dado por el ángel a María y a José, este santo nombre viene del mismo Dios, Jesús significa “Dios Salva”, según nos dice el catecismo de la iglesia católica. Que inmenso gozo de José saber que el niño es la salvación que ofrece Dios a toda la creación. Es en este punto donde José comprende que el sufrimiento que padecerá Jesús en su edad adulta será necesario para la salvación de la humanidad. Este gozo nos enseña a cada uno de nosotros que a pesar del sufrimiento que podamos padecer, a pesar de las dificultades de la vida terrenal, En Jesús encontraremos la fortaleza, la esperanza, la fe, porque en Jesús encontraremos la salvación de Dios.

Que ninguna enfermedad ni dolor físico nos aleje de ese amor y salvación que Dios nos ha dado. Guiemos a nuestros hermanos que padecen, a nuestros familiares que sufren hacia el encuentro con Jesús, y vivamos con intensidad la salvación prometida.


De los escritos de San Juan de Ávila podemos rescatar lo siguiente:


Contó el uno al otro el dulce nombre de Jesús que el ángel les había dicho que pusiesen al Niño después de nacido; y fue muy particular gozo entre ellos de oír nombre tan excelente y consolativo como es Jesús, que quiere decir Salvador, y, como el ángel dijo, Salvador de pecados (cf. Mt 1,21). Y así creo que el santo José, por gozar del bien de este nombre, se arrojó en el suelo suplicando al Niño Jesús le perdonase sus pecados y diese gracia para no ofenderle.


Hoy nosotros también supliquemos a Jesús que nos perdone nuestros pecados y nos de la gracia de seguir en el camino de la verdad y el amor.


Que así sea para la gloria y honra de Nuestro Señor. Amén.


Hacemos un momento de silencio y meditamos lo que acabamos de escuchar.

Nos ponemos de pie y rezamos un padre nuestro, 10 aves marías y una gloria.


Peticiones:

Elevamos nuestra plegaria a la intercesión de San José y le pedimos por cada una de nuestra intenciones y súplicas.

  • San José te pedimos por los enfermos, aquellos que padecen de enfermedades incurables o terminales, para que encuentren en Jesús, nuestro señor, la salvación y el consuelo que tanto necesitan. Roguemos a San José, te lo pedimos San José.

  • San José te pedimos por aquellas personas que se han alejado de la fe, aquellos que rechazan a Jesús, para que comprendan que solo en Jesús encontrarán la verdadera salvación. Roguemos a San José, te lo pedimos San José.

  • San José te pedimos por cada uno de nosotros, para que ante las dificultades y enfermedades nos mantengamos firmes en la fe y en la evangelización. Roguemos a San José, te lo pedimos San José.

Rezamos las letanías a San José


Señor, ten misericordia de nosotros

Cristo, ten misericordia de nosotros.

Señor, ten misericordia de nosotros.


Cristo óyenos.

Cristo escúchanos.

Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.

Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.

Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.

Santa Trinidad, un solo Dios, ten misericordia de nosotros.


Santa María, ruega por nosotros.

San José, ruega por nosotros.

Ilustre descendiente de David, ruega por nosotros.

Luz de los Patriarcas, ruega por nosotros.

Esposo de la Madre de Dios, ruega por nosotros.

Casto guardián de la Virgen, ruega por nosotros.

Padre nutricio del Hijo de Dios, ruega por nosotros.

Celoso defensor de Cristo, ruega por nosotros.

Jefe de la Sagrada Familia, ruega por nosotros.

José, justísimo, ruega por nosotros.

José, castísimo, ruega por nosotros.

José, prudentísimo, ruega por nosotros.

José, valentísimo, ruega por nosotros.

José, fidelísimo, ruega por nosotros.

Espejo de paciencia, ruega por nosotros.

Amante de la pobreza, ruega por nosotros.

Modelo de trabajadores, ruega por nosotros.

Gloria de la vida doméstica, ruega por nosotros.

Custodio de Vírgenes, ruega por nosotros.

Sostén de las familias, ruega por nosotros.

Consuelo de los desgraciados, ruega por nosotros.

Esperanza de los enfermos, ruega por nosotros.

Patrón de los moribundos, ruega por nosotros.

Terror de los demonios, ruega por nosotros.

Protector de la Santa Iglesia, ruega por nosotros.


Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: escúchanos, Señor,

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: ten misericordia de nosotros.


V.- Le estableció señor de su casa.

R.- Y jefe de toda su hacienda.


Oraciones finales


Oración Final. Oh ejecutor obedientísimo de las leyes divinas, glorioso San José: la sangre preciosísima que el Redentor Niño derramó en su circuncisión te traspasó el corazón; pero el nombre de Jesús que entonces se le impuso, te reconfortó y llenó de alegría. Por este dolor y este gozo alcánzanos el vivir alejados de todo pecado, a fin de expirar gozosos, con el santísimo nombre de Jesús en el corazón y en los labios. Amén.

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R. Amén.


Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.

Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía.

Jesús, José y María, con vos descanse en paz el alma mía.


En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


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