top of page

2do domingo del dolor y gozo de San José

En este segundo domingo de oración y meditación del dolor y gozo de San José pidamos gozar de sabiduría, paciencia y esperanza en superar las dificultades que se puedan presentar en el camino hacia la santidad.


2do domingo del dolor y gozo de San José

El dolor: al ver nacer el niño Jesús en la pobreza.

El gozo: al escuchar la armonía del coro de los ángeles y observar la gloria de esa noche.


V. Dios mío, ven en mi auxilio

R. Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.


Oraciones preparatorias


Pedimos a nuestro Señor Jesucristo que purifique nuestra alma y nuestro corazón para iniciar con un espíritu renovado este momento de oración, rezamos el acto de contrición.


Acto de contrición. ¡Señor mío, Jesucristo! Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser quién eres, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberte ofendido; también me pesa porque puedes castigarme con las penas del infierno. Ayudado de tu divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.


Ofrecemos este momento de oración a San José por nuestras intenciones. Hoy ofrezcamos aquella enfermedad que nos martiriza, aquellos problemas familiares que nos angustian, o los problemas que podamos tener en nuestro trabajo.


Ofrecimiento. Glorioso Patriarca San José, eficaz consuelo de los afligidos y seguro refugio de los moribundos; dígnate aceptar el obsequio de esta oración que voy a iniciar en memoria de tus siete dolores y gozos. Y así como en tu feliz muerte, Jesucristo y su madre María te asistieron y consolaron tan amorosamente, así también Tú, asísteme en aquel trance, para que, no faltando yo a la fe, a la esperanza y a la caridad, me haga digno, por los méritos de la sangre de Nuestro Señor Jesucristo y tu patrocinio, de la consecución de la vida eterna, y por tanto de tu compañía en el Cielo, Amén.


Rezamos un Padre Nuestro y tres Ave María y Gloria.


Oraciones y lectura del segundo domingo


Hoy segundo domingo dedicado a San José meditaremos el segundo dolor y gozo.


Segundo dolor y gozo

El dolor: al ver nacer el niño Jesús en la pobreza.

El gozo: al escuchar la armonía del coro de los ángeles y observar la gloria de esa noche.


Lectura bíblica

Escuchamos con atención la lectura del evangelio de San Lucas para el día de hoy.


Lectura del Santo evangelio según san Lucas 2,6

Y sucedió que, mientras estaban allí, le llegó a María el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada. Palabra del Señor, Gloria a ti, Señor Jesús. Palabra del Señor, Gloria a ti, Señor Jesús.


Meditación y reflexión.

Escuchemos con atención la meditación para el día de hoy.

Queridos hermanos y hermanas, hoy nos hemos reunido para orar y meditar el segundo dolor y gozo de San José. En este día la meditación nos lleva al momento donde María se encontraba buscando posada para dar a luz al Hijo de Dios. Que desesperación tan grande la de San José de no encontrar un lugar adecuado para su esposa y el niño que iba a nacer. Luego de tocar puerta tras puerta les permiten alojarse en un pequeño establo de animales, ya que todas las posadas se encontraban ocupadas. Es en esta posada donde San José siente aquel dolor que le traspasa el corazón, ese segundo dolor que hoy meditamos: al ver nacer el niño Jesús en la pobreza. Cuanto dolor y tristeza habrá sentido San José al ver que el hijo del Altísimo nacía en un lugar de descanso para los animales, en un establo. Esa impotencia de no poder dar más, de no poder ofrecer lo mejor al niño Jesús. Sin embargo, Dios no lo abandona, Dios le da el consuelo necesario para que no se derrumbe, para que ante las dificultades siga adelante. San José se llena de gozo al escuchar la armonía del coro de los ángeles y observar la gloria de esa noche. La alegría de San José es inmensa y agradece a Dios por abrazar su corazón y fortalecer su fe.


Nosotros también hemos vivido o estamos viviendo momentos de desolación, de carencia económica o material, y nos derrumbamos por dicha falta. Aquellos que son padres o madres, sabrán o habrán experimentado el dolor que se siente cuando un niño pide una galleta, un regalo y no darle por la falta de dinero. Cuando un familiar o amistad esta pasando por momentos de dificultad y no poderle ayudar; o cuando hay enfermedad y no hay los medios para la medicina o el tratamiento. ¡Que impotencia, que desesperación!

En esos momentos de dolor, de angustia, miremos a San José y hagamos lo que el hizo, aferrarse a su fe y decir con humildad a Dios “Señor no soy digno de pedirte nada, pero ayúdame a superar este momento de dificultad si es tu santa voluntad”.


A veces Dios permite que suframos y pasemos necesidad porque ése es el clima propicio para que Él pueda nacer en nuestro corazón. Cuando sienta en mi vida la pobreza o la soledad, diré: “Señor, yo sí te quiero recibir; cuenta conmigo”.


Que así sea para la gloria y honra de Nuestro Señor. Amén.


Hacemos un momento de silencio y meditamos lo que acabamos de escuchar.

Nos ponemos de pie y rezamos un padre nuestro, 10 aves marías y una gloria.


Peticiones:

Elevamos nuestra plegaria a la intercesión de San José y le pedimos por cada una de nuestra intenciones y súplicas.

  • San José te pedimos por las familias, para que tu como protector de la familia de Nazareth también protejas nuestros hogares del peligro y la enfermedad. Roguemos a San José, te lo pedimos San José.

  • San José te pedimos por los niños y niñas, en especial aquellos que viven en familias disfuncionales o con problemas económicos, para encuentren en Cristo Jesús la fortaleza de superar las dificultades. . Roguemos a San José, te lo pedimos San José.

  • San José te pedimos por cada uno de nosotros, para que ante las carencias, encontremos en la cruz de Cristo la esperanza y sabiduría para afrontar y superar las dificultades. Roguemos a San José, te lo pedimos San José.

Rezamos las letanías a San José


Señor, ten misericordia de nosotros

Cristo, ten misericordia de nosotros.

Señor, ten misericordia de nosotros.


Cristo óyenos.

Cristo escúchanos.

Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.

Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.

Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.

Santa Trinidad, un solo Dios, ten misericordia de nosotros.


Santa María, ruega por nosotros.

San José, ruega por nosotros.

Ilustre descendiente de David, ruega por nosotros.

Luz de los Patriarcas, ruega por nosotros.

Esposo de la Madre de Dios, ruega por nosotros.

Casto guardián de la Virgen, ruega por nosotros.

Padre nutricio del Hijo de Dios, ruega por nosotros.

Celoso defensor de Cristo, ruega por nosotros.

Jefe de la Sagrada Familia, ruega por nosotros.

José, justísimo, ruega por nosotros.

José, castísimo, ruega por nosotros.

José, prudentísimo, ruega por nosotros.

José, valentísimo, ruega por nosotros.

José, fidelísimo, ruega por nosotros.

Espejo de paciencia, ruega por nosotros.

Amante de la pobreza, ruega por nosotros.

Modelo de trabajadores, ruega por nosotros.

Gloria de la vida doméstica, ruega por nosotros.

Custodio de Vírgenes, ruega por nosotros.

Sostén de las familias, ruega por nosotros.

Consuelo de los desgraciados, ruega por nosotros.

Esperanza de los enfermos, ruega por nosotros.

Patrón de los moribundos, ruega por nosotros.

Terror de los demonios, ruega por nosotros.

Protector de la Santa Iglesia, ruega por nosotros.


Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: escúchanos, Señor,

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: ten misericordia de nosotros.


V.- Le estableció señor de su casa.

R.- Y jefe de toda su hacienda.


Oraciones finales


Oración Final. Oh Dios, que, con inefable providencia, te dignaste elegir al bienaventurado José por esposo de nuestra Santísima Madre, te rogamos nos concedas tener como intercesor en los cielos al que en la tierra veneramos como protector. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R. Amén.


En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


コメント


bottom of page